Buscando retroalimentación
Las personas importantes en su vida - cónyuges, parejas, amigos de confianza - pueden convertirse, en efecto, en su salvavidas personal (s). Pueden lanzarte
un salvavidas cuando estás cayendo en viejos hábitos de irritabilidad o ira, incluso cuando no te das cuenta. En otras palabras, pueden ayudarle a detectar una regresión antes de que se le vaya de las manos. Sin embargo, sólo pueden hacerlo si usted les pregunta. Así que en un momento en el que te va bien, pídele a tus salvavidas potenciales que busquen momentos en los que te vean empezando a sentirte irritable o fuera de sí. Desarrolle una palabra, una frase o una señal que puedan darle de una manera calmada y neutral.
Sus mejores intereses en mente
Aquí hay algunos ejemplos de señales: Un movimiento de la mano hacia abajo. Un recordatorio:"Respiremos un poco". Un golpecito suave en el hombro Una simple pregunta:"¿Te va bien?" Su primera reacción al ver esa señal puede ser negarla reflexivamente. Trata de no ponerte a la defensiva. En su lugar,
dígase a sí mismo que su salvavidas probablemente tiene sus mejores intereses en mente y puede ver su comportamiento más objetivamente de lo que usted puede. Considere el siguiente ejemplo: Elizabeth probablemente eligió al salvavidas equivocado.
Ella y
Michael tuvieron una larga historia de conflictos a lo largo de su infancia. También puede ser una mala candidata para este tipo de ayuda porque se pone muy a la defensiva, muy fácilmente.
Tipo de retroalimentación
Algunas personas no tienen un salvavidas
verdaderamente adecuado a su disposición. Otros encuentran que ese tipo de
retroalimentación es demasiado difícil de aceptar. Si eres tú, no uses este enfoque. Calmando. No quieres o tienes que poner tus sentimientos a cargo de tu comportamiento. Sólo porque te sientas enojado no significa que tengas que actuar en
consecuencia. Y tú eres capaz de cambiar esos sentimientos. Intenta calmarte. Tome unas cuantas respiraciones, cuente lentamente hasta diez, repita una o dos palabras clave en su mente (como relajarse, relajarse o calmarse) y recuérdese a sí mismo que reaccionar con ira, a menos que esté bajo ataque, rara vez es útil o productivo.
Incentivarse a sí mismo
Haga una lista de tres razones por las que ya no quiere que la ira domine su vida. Estas razones pueden servir como poderosos incentivos para mantener la ira a raya.
Por ejemplo, tal vez estés cansado de
avergonzarte a ti mismo. O quizás has perdido amigos innecesariamente. Tal vez quieras que te vean como un modelo positivo a seguir. Probablemente podrías inventar una docena de razones. Pero, aquí, elija los tres primeros y lea la lista una y otra vez. Haz una pausa y reflexiona sobre cada razón y por qué es importante para ti y tus valores.
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